La pequeña Lucy nació con síndrome de Down y quedó huérfana durante seis años.
Afortunadamente, su destino no continuó así. Una familia estadounidense decidió adoptarlo como parte de un programa y trasladar al niño de China a Estados Unidos.
Estaban muy emocionados antes de que llegara la niña porque no tenían idea de cómo se comportaría, cómo reaccionaría a su entorno. La pareja ya eran padres de cinco hijos biológicos, pero sintió que tenía espacio en su corazón para otro hijo.
Finalmente, llegó el día en que fueron al aeropuerto a recibir al niño. Cuando la niña bajó del avión, miró ansiosamente a su alrededor y se emocionó cuando conoció a sus padres.
Especialmente la madre estaba muy emocionada y su emoción aumentó aún más cuando el niño llamó a su madre. La pareja estaba muy confundida, pero feliz.
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