Al final de tanta oscuridad una luz se encendió para el perrito.

INTERESTING NEWS

Los accidentes ocurren cuando nadie se los espera, y también a un perrito. Es por eso que siempre dejan el trago más amargo en la memoria de quienes lo han sufrido. Sobre esta situación sabe muy bien Fergus y su familia.

Este peludo de gran tamaño vivió una terrible experiencia el 30 de enero y, después de creer que todo estaba perdido, ha protagonizado el reencuentro más hermoso.

Al final de tanta oscuridad una luz se encendió para el perrito.perrito
Fergus es un lobo irlandés de casi 90 kg que vive junto a sus dueños en Nashville, Tennesse. Todo era perfecto en su vida hasta que un automóvil lo arrollara a él y su dueño Mickey McKay, en un semáforo de la ciudad.

Debido al impacto, el pobre Fergus salió volando por el aire y aturdido por la situación huyó del lugar. Mickey y su esposa resultaron ilesos pero sus corazones se destrozaron al ver que su amado perro había desaparecido.

«A los 30 minutos de ocurrido el accidente, la gente recorría toda el área tratando de ayudarnos a encontrar a Fergus. Tuvimos grupos de rescates involucrados con estaciones de alimentación instaladas y estábamos haciendo todo lo posible para seguir las pistas», dijo la hija de Mickey, Meredith Luckett.

Este amigo lleva años llenando a su familia de amor.
A partir de esa tarde inició una incesante búsqueda para dar con el paradero del animalito. Este peludo era muy querido en su comunidad, así que en horas más de 200 personas se unieron al grupo de Facebook “Find Fergus” que creó Meredith.

Como en la unión está la fuerza, la estrategia finalmente dio resultado.
La noticia corrió como pólvora pero no lograban dar con el paradero de la amada mascota. Los días pasaban y la familia no tenía ninguna señal de Fergus, pero la gente se negó a perder las esperanzas.

«En cualquier momento dado, a dos millas del lugar del accidente, los automóviles circulaban con las luces intermitentes encendidas y bajaban la velocidad. Fue increíble», dijo la hija de Mickey.

“Lo vieron cojeando en dirección a la Iglesia Bautista Judson inmediatamente después del accidente”, escribió Meredith.

Después de varios días del accidente, todo parecían haber perdido la esperanza pero una llamada los reanimó. Un vecino aseguraba haber hallado a Fergus y toda la familia estaba ansiosa por el reencuentro.

Esta fue la primera vez que identificaron a Fergus en las calles:

“Nos contactaron temprano esta mañana con la noticia de que Fergus había sido encontrado a 8 km al suroeste del lugar del accidente”, contó Meredith.

En reencuentro de Fergus quedó registrado por uno de los presentes en un hermoso vídeo que rápidamente ha hecho derramar lagrimitas a todos en las redes sociales.

Para aquellos que tienen a una mascota en su hogar es completamente natural ponerse en el lugar de estas personas y sentir toda la felicidad que los Luckett vivieron en ese momento.

Meredith no pudo evitar romper en llanto cuando vio a su perro nuevamente. Por su parte, el perro se le unió, se acurrucó en su hombro y aulló de felicidad.

Saca tu pañuelito y mira por ti mismo la hermosa escena.

«Definitivamente es un gigante amable. Es un poco diva y le encanta estar adentro, que es una de las razones por las que teníamos tanto miedo de que estuviera afuera. Definitivamente una mascota mimada», dijo la joven.

Después del reencuentro, Fergus fue llevado a un veterinario para corroborar su estado de salud. Por fortuna el gran tamaño de este peludo lo salvó de romperse algún huesito, el pobre sólo se notaba hambriento y descuidado por los días que estuvo perdido.

De no ser por la colaboración colectiva que se recibió en este caso Fergus se encontraría aún perdido y corriendo riesgos en la calle. Sin duda su historia reafirma una vez más el poder de las redes sociales.

Desde Zoorprendente te animamos a usar las redes sociales para sembrar cosas positivas, y también a ayudar a los dueños de mascotas como Fregus a difundir sus historias cuando tristemente han desaparecido. Te sorprenderás con lo que puedes conseguir.