Esa mañana un residente de Tailandia, Shurachet Klaevkala, se fue a trabajar como de costumbre. Su camino corría más allá del nuevo sitio de constrսcción, desde donde podía escuchar un quejido silencioso y lastimoso.
El tipo escuchó: los sonidos provenían de un pequeño pozo lleno de barro. Miró dentrօ y vio extrañas criaturas, que apenas se movían y daban vսeltas en el barro.
NUESTRA Oficina Editorial ha traducido para usted lo qսe pasó más allá.
La mayoría de los animales pequeños extraños parecían ratas. O mangostas bebé. Era imposible ver debajo del barro, por lo que Shurachet se subió al pozo y sacó los cinco a la luz.
Fue entonces cuando quedó claro que se trataba de cachorros normales, pero tan cubiertos de barro que ya se habían convertido en estatuas vivientes y apenas podían moverse.
Mientras Shurachet lavaba a los perros del lodo espeso, se preguntaba: ¿cómo terminaron? ¿allí? Los cachorros eran muy pequeños, es posible que tuvieran solo unos días de la semana.
Una madre perro podría elegir especialmente un lugar apartado para una guarida, sin sospechar que después del monzón el pozo se llenará de barro.
Ella, por cierto, no estaba cerca, así como rastros de estancia, y en las tripas de los cachorros retumbaba tristemente. El perro debió admitir su muerte en el barro y los abandonó. Y el hombre decidió llevarlo hasta el final.
Los cachorros limpios resultaron ser adorables y esponjosos, y los alimentados eran animales juguetones y cariñosos. En ese momento, toda su familia sabía sobre el hallazgo de Shurachet y muchos ayudaron a cuidar a los perros.
Por la noche en el consejo de familia, decidieron que se quedarían con los cinco, ¡porque es una buena señal!
Fuente: lemurov.net
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